Tras el primero de los torneos que dirimirán el entorno del formato Era II-III, Javier Caos nos deja su experiencia en el torneo en el que campeonó tras hacer un torneo perfecto y se ganó el derecho a prohibir el uso de una carta durante unos meses. Disfrutemos con este reportaje de lo que fue un gran torneo y en el que se vieron enfrentamientos durísimos y grandes rivales.
Era domingo a las 11:00 de la mañana, y de nuevo nos juntábamos los miteros de Madrid para celebrar el cuarto Banea una Carta del año que tiene lugar en nuestra comunidad, esta vez en La Comarca de Los Juegos. Esta vez, además de la mayoría de los habituales, teníamos dos invitados: Franciny, una nueva jugadora que se unía por primera vez a nuestras filas, y el gran Juan Manuel Barrera, que venía pegándose un buen madrugón y una buena paliza en autobús desde Ávila, lo cual le agradezco enormemente. Al final, tras alguna baja de última hora, éramos trece participantes con ganas de demostrar nuestra valía con las cartas.
Los panteones:
6 Loka
1 Constantinopla
1 Tártaro
1 Isla Celeste
1 El Dorado
1 Onigashima
1 Takamagahara
1 Jotunheim.
Ronda 1: Juanma (Loka). La primera en la frente. Me tocaba contra "uno de los mejores jugadores de Guerra de Mitos", al que le tengo más que respeto, y un aprecio muy especial. Encima, traía la baraja con la que participó en el Campeonato Nacional, que se había celebrado un mes antes, y que tan buenos resultados le había dado. Sin duda, fue la partida más complicada de todo el torneo. En el penúltimo turno conseguí evitar el Nirvana, dejándole solo con 19 puntos en el campo de batalla (uff!! por los pelos), pero Juanma me hizo un Ataque de los Cíclopes. En el último le dio justo para los 20 puntos del Nirvana, pero yo había sacado a Gwyddyon algún turno antes, había recuperado vida, y pude pegarle lo suficiente para quedar por encima de él en el recuento final al terminar el tiempo.
Ronda 2: Richi (Tártaro). Malas noticias. Ya había jugado contra ese mazo y era realmente complicado meterle mano debido al férreo control al que te somete en la fase de Influencia. Por si fuera poco, para darme más ánimos, comenzó sacando un Júpiter en turno 1, gracias a un S.P.Q.R., esto hizo que me obligase a mi mismo a jugar solo personajes hindúes. Lo pasé bastante mal estando tan limitado, pero con la superioridad de cartas que tenía con respecto a él, ya que no pudo robar tanto como yo, y algún error que cometió, pude sobreponerme y finalmente ganar.
Ronda 3: Lucas (Isla Celeste). Después de un mazo de combo y otro de control, ahora tocaba un agro, y además de los rápidos. Como dice él mismo, se inspiró en los Denver Nuggets de los 80, je, je, je. Bueno, pues por suerte para mí, se ve que los nativos estaban tan ansiosos por salir cortar cabelleras, que empezaron a hacerse zancadilla los unos a los otros y atascando sus oráculos, lo que me dio el tiempo necesario para preparar mis defensas y poder controlar el campo de batalla, embestida tras embestida, hasta que sucumbieron al desgaste.
Ronda 4: Jesús (Loka). ¡El que faltaba! Probablemente mi bestia negra de los últimos meses, desde que entró en nuestra comunidad. Si contamos las veces que hemos jugado juntos, la balanza de victorias se inclinaba claramente hacia él. Monta unos mazos fantásticos, y además es un tío de lo más majete. Esta vez me sorprendía con un Loka contra el cual no había jugado nunca, y no sabía qué esperarme. Así que solo tocaba apretar los dientes, ir a mi juego, y según fuese descubriendo el suyo, ir reaccionando. Afortunadamente, mi desarrollo fue más rápido que el suyo y la partida no duró demasiado, terminando en una nueva victoria por mi parte.
Después del suizo, hicimos uno un parón para comer. Richi, nuestro fabuloso anfitrión, se había puesto en contacto anteriormente una franquicia cercana de una cadena de pizzerías muy famosa, y nos había conseguido unos precios más que asequibles, así que la tentación era inevitable. Mientras que esperábamos el pedido, nos fuimos a tomar el aperitivo a un bar cercano. Quizás el momento más reseñable del torneo fue el “no torneo”, ese corro de gente hablando y riendo alrededor de unas viandas, que recordaban a los buenos tiempos.
El top 4 (Joselop, Jesús, Lucas y yo) continuamos con las fases finales del torneo.
Semifinales: Joselop (Constantinopla). Después de conseguir un suizo perfecto con 4-0, va y me toca el subcampeón del mundo… Me dije “A esto se le llama nadar para morir en la orilla”,… y ese pensamiento tenía un fundament, ya que los dos últimos días había estado jugando con Jose, y básicamente todos los mazos que yo tenía se habían convertido en los puching-balls de su Constantinopla, cayendo ante él, oponiendo más o menos resistencia, pero siempre con el mismo resultado. Pero bueno, esto era una partida distinta, así que no tenía por qué ir igual, por tanto desterré ese pensamiento de mi mente, me centré y me puse a barajar. Ambos tuvimos unas salidas de oráculos más que aceptables en los primeros turnos, pero la diferencia la pusieron las cartas de la mano, ya que, mientras que yo robaba mucho y bien, él se quedó pronto sin cartas, y por tanto, con poco margen de respuesta, lo que propició que esta vez la victoria se aliase conmigo.
Final: Jesús (Loka). Volvíamos a vernos nos caras, pero esta vez después de comer, con el sopor que eso supone, y con el cansancio acumulado de todas las partidas anteriores. Ambos estábamos cometiendo varios errores tontos, que al final nos podían costar la partida… Y así ocurrió, que Morfeo se ensañó más con el pobre Jesús, que se le veía que no estaba al 100%, y terminó cometiendo fallos más críticos que un servidor, finalizando la partida en tan poco tiempo, y con el mismo resultado que la anterior.
Y así fue como conseguí ganar mi tercer Banea una Carta, cuya víctima, para seguir mi tradición personal, sería una carta que no se había prohibido anteriormente, pero que mucha gente tenía en su mente, al igual que ocurrió con O Tengu y Muork en su día. En esta ocasión le tocaría a Ataque de los Cíclopes, ¿por qué?... pues porque considero que es una carta muy polivalente (puede utilizarse tanto de forma ofensiva como defensiva) y realmente poderosa, quizás incluso de la altura de Nirvana, ya que bien jugada en el momento adecuado te puede darte la partida.
Me gustaría que mis últimas palabras en este artículo fueran de agradecimiento a todos los participantes que se acercaron el torneo, y dar mi enhorabuena a los jugadores de Madrid, ya que desde que cada uno de ellos se ha ido incorporando a nuestro grupo su progresión de juego ha sido fabulosa, y cada vez los torneos tienen un nivel más alto y son mucho más exigentes.
Mañana, mazo y análisis del mismo. Estad atentos y no os lo perdáis.
Nos vemos en las mesas.
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