jueves, 29 de octubre de 2015

¡Llega Halloween!


Se acerca la noche más larga del año... Desde aquí rendimos nuestro particular homenaje.

La última campanada da las Once en la iglesia de la plaza. Sopla un viento frío que empuja las hojas secas y aprieta el paso de los pocos que se han atrevido a salir a la calle. Una figura embutida en abrigo negro cruza la calle con paso lento. La bufanda le cubre media cara y el sombrero hace el resto. Con paso decidido, rehuyendo las luces de las farolas, se dirige a la entrada del bar. Allí le espera una partida de Mitos muy especial. Entra en el preciso momento que un sonido lejano de tormenta reclama la atención de los que allí se encuentran.

Se sienta enfrente de su rival, el cual ya está barajando su mazo mientras pide una cerveza. Abre la bandolera gastada y saca el mazo, dejando escapar una leve sonrisa. Otro trueno más cercano. Ya se acerca. Los murmullos de la gente ocupan el lugar.

Pone el Panteón en la mesa. Coloca los contadores y empiezan.

Los Oráculos se revelan y aparece un Gul. Hoy es luna llena y todo puede suceder aunque aún no es el momento. La Criatura de Victor aparece también pero no hay poder suficiente y es enviado al K.O. Afuera, la gente apresura el paso y en las noticias del televisor del bar empiezan a relatar sucesos extraños…. Una tormenta eléctrica ha hecho caer un rayo en el viejo caserón de la colina.

Samhain aparece y de la tumba Franky vuelve a la vida. Una sonrisa maquiavélica recorre su rostro ahora iluminado por la luz de la luna que se cuela entre las nubes y el cristal mientras asesta un duro golpe en las tropas del rival, al cual le recorre un escalofrío cuando en el turno siguiente Vladimir aparece. No sabe qué le pasa. Sus miembros han quedado paralizados y no puede reaccionar. La mirada de su rival le deja clavado en su silla. Es entonces cuando empieza a oír un leve susurro que se escapa de los labios de la misteriosa figura que tiene delante. Parece una estrofa repetida, un salmo indescifrable…. Gritos…. ¿Gritos en el exterior? Las personas que allí se encuentran se apelotonan en las ventanas. Algo está pasando en la calle. Se levanta, dejando sentado a su rival, quien sigue absorto en la partida y su canción.

De repente, las luces del bar se apagan y el dueño masculla una maldición contra la compañía eléctrica. Un relámpago ilumina el interior.
-¡Soggoth!¡Soggoth! empieza a chillar el jugador de negro mientras recluta el Monstruo en la mesa. Con un puñetazo en la mesa se levanta y sin mediar palabra sale fuera del bar. Otro relámpago ilumina su figura en mitad de la calle mientras una sonora carcajada hace eco en las paredes ya gastadas y desaparece en las sombras.

En segundos la tormenta cesa y vuelve la luz al bar. El jugador mira la mesa donde hace unos minutos estaba sentado con su oponente. Las cartas han desaparecido. Todas menos el panteón del otro jugador. Con manos temblorosas lo recoge. Está gastado y descolorido pero aún se puede leer la palabra Transilvania en él.





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