Bueno, pues ya llegaba de
nuevo el día… después de mucha prueba con diferentes mazos, en
los dos últimos días me da por recuperar el de Roma, que me dio un
tercer puesto en el Banea de Cartagena. Retoqué el mazo y se quedó
francamente mejor a mi parecer. Ahora sin aceleradores como Opet o
Engrosar ganaba bastante, ya que no los usa. Mi principal problema
iban a ser los mazos de pegada ultrarrápida, los “rushers”, pero
yo en velocidad tampoco me quedaba corto, y tenía cosas para
frenarlos… Bueno ese creía yo que iba a ser mi problema. Al final
el principal problema fue el insomnio. Con cinco escasas horas de
sueño echadas la noche anterior, la barriga llena, y uno que ya se
hace mayor, tiramos para Granada. Menos mal que está cerquita.
Tras saludar a nuestros
compañeros de Granada y Cartagena, y de inscribirnos, Raúl nos puso
al dia con las normas del torneo, y empezaron los emparejamientos.
Onigashima x3
Isla Celeste x2
Cueva de Ladrones
Loka
Volg Danu
Roma
Theotihuacan
Para mi primera partida
me tocó contra el mazo de Dragones de Juan, de Cartagena. No estaba
muy preocupado ya que los dragones no salen ahora muy rápidos. Eso
seria lo normal claro, pero hay que decir que acabé asustándome
cuando, en turno 2, estaban en mesa dos altares de dragones, Muork, y
Bennu. Y Juan, en mano con 2 Memorias de Asgard. Vamos que empezaron
a salir dragones como si no hubiera un mañana. Además, de eventos,
Gros bon Ange y Guerras Galas, que me dejaron casi sin mano.
Afortunadamente Rubí me dio el robo necesario para conseguir unos
Viajes de Simbad, y con ellos los dos Yoni que frenaron la salida de
los Dragones. Mientras, Caesarodunum, Incursión y un personaje
cargadito de amigos y equipos sumaba ya una cantidad enorme de
fuerza, y acabé superándolo.
En segunda partida, me
toca contra un paisano y amigo desde la infancia, José Ángel Vera.
Salió extremadamente bien con su Isla Celeste de quemar poder y su
Tiranía Fomore, mientras que yo tuve la que acabó siendo mi peor
salida de todo el torneo. Aparecieron los pocos recursos que tengo, y
eventos, muchos eventos, a pesar de ser medio mazo de personajes. No
tuve ni un personaje en mesa hasta turno 3. A partir de ahí, sin
embargo, el escudo de Perseo y una formación en tortuga romana
aumentando sus soldados rápidamente me hizo aguantar el tipo, y
poner realmente nervioso a mi oponente. El gran problema vino cuando
me robó con Nammu mi Caesarodunum. Aun así, contra un enemigo que
no odia agotar ni expulsar, en el último turno le ganaba el combate
por 2P (y la partida). Lamentablemente un Derrumbe deTemplos final por su
parte me derrotó, quitándome el ultimo P que me quedaba. Una
partida con una gran remontada que no pudo culminar en victoria, que
fue muy emocionante y a ambos nos gustó mucho.
Ya en tercera Ronda,
dudaba si me tocaría contra una Cueva de Ladrones o contra Loka.
Temía mucho a la Cueva a causa de Aladino, que si sale pronto me
desarma la estrategia entera. Afortunadamente, el compañero de
Cartagena Alberto y yo teníamos mejor desempate, y nos tocó juntos.
Su mazo era de hindúes de combate, ganando bonos al estar cansados
de Fuerza por Orión, y enderezando con invocaciones y Bharadvrasha.
Para apoyar llevaba a Mataji, Skadi y Gwyddyon. Tiraba a estos dos
últimos y los copiaba con las Mataji según la necesidad.
Yo empecé, como siempre,
tirando personajes al descarte para equiparlos cuando saliesen con
Samhain o Refuerzos. Saqué Caesarodunum y puse a calentar a Marte en
el banquillo para el próximo turno, ya que apareció de primeras.
Rápidamente tenia a Orión enfrente, a quien se unió Mataji, Skadi
y Gwyddyon. Obviamente estos dos últimos acabaron en el descarte
para ser copiados por ella. Eso era un problema porque aunque Marte
empezó a equiparse con mil equipos y personajes, al cansarse pegaba
de mucho menos, y además cuando mi oponente iba primero perdía el
bono que él mismo daba a los soldados que tenía equipados.
Necesitaba uno de mis Bharadvrasha con urgencia, y no salía ninguno.
De momento aguantaba,
pues incluso cansado por Mataji, no perdia el combate por más de 1 a
3 puntos. Me dediqué a robar todo lo posible con Rubí y Los Viajes
de Simbad. Aunque Seryoukiteki Na no vale con Marte, seguía teniendo
cartas para ganar P, así que eso no fue un problema. Buscaba
desesperadamente una carta: memorias de R'Lyeh. Finalmente salió en
el mismo turno que mi Bharadvrasha. Para entonces, teníamos ya a 2
Orion y Mataji, Helena y Claudia y a l hindú delante. Conseguí
que mi personaje pudiese golpear con toda su potencia, y mi oponente
no pudiese aprovechar Loka (y por tanto los bonos de fuerza de
Orión), y aunque él ya había ganado muchas vidas gracias a
Gwyddyon y las nenas, (tenia casi veinte en ese momento), y yo solo
unos pocos P, el combate acabó con una diferencia de fuerza de
28-8. Así, eliminé 20 puntos de poder de golpe del panteón de mi
rival y me hice con la victoria.
En la cuarta y última
ronda del suizo, un colega de Jaén, Fran, venía con un Onigahsima
de Yokai y Samurai, con estrategia mixta a quemar P y pegar fuerte.
Yo estaba preparado para el combo que trae con Destrucción Mundial
este tipo de mazos, y eso no me asustaba. Como tengo muchas cartas de
subida y resubida, simplemente debía guardar una para el turno que
saliese, y usarla (Arco de Marduk, Venta de Esclavos, Esfinge…)
Despues si podía me enderezaría con el hindú en enfrentamiento,
que funciona incluso girado.
La partida estuvo muy
igualada todo el tiempo, fue la más larga que jugué en todo el
torneo. Ya en el turno 6, gané el combate y me quedé a las puertas
de vencer por diferencia de vidas, pero quedaban unos pocos minutos
de partida. Como su Nammu acabó con mi Caesarodunum, no pude sacar a
Marte, ya había agotado las cartas que daban bonos de Fuerza, y él
tenia a toda la plantilla de japoneses indeseables fuera, solo me
salvaba una cosa: Ataque de los Cíclopes (había agotado los Yoni y
las Memorias ya). Aun no había visto ninguno en todo el torneo, a
pesar de haber robado bastante en la mayoría de las partidas. De
hecho, me quedaban solo siete cartas en el mazo, ahí deberían
estar. Pero no salieron. Perdí la partida.
Aun con 2 partidas
perdidas (tremendamente ajustadas y con algún giro de
acontecimientos algo injusto para mi mazo), al haber jugado 4 rondas,
había posibilidades de entrar al Top 4, y así fue. Entré cuarto, y
me tocó con mi primo Héctor, que llevaba 4 partidas ganadas con La
Isla Celeste.
La partida de Semifinales
la tenía clara: conocía el mazo de mi primo y más de medio mazo es
para deshabilitar las acciones de los personajes enemigos (Prisión
de Hielo, Yoni, Hombre de Mimbre, etc). O salía rápido y
contundente, o estaba muerto en cuanto él pillase un par de cartas
buenas. Empecé con un soldado al que equipé Escudo de Perseo, y
rápidamente algún que otro personaje y equipo más. En Turno 3,
tenía una pegada mas que importante, y si salían bien las cosas
podía ganar, así que jugué un Yoni a Prisión de Hielo nada más
empezar el turno (porque con esa carta no puedo darme bonos de Fuerza
en mi personaje, resubir, ni nada). Nada mas subir, como Héctor
tenia 3 personajes Indios, le eché a uno con Fallo en el Suministro,
me subí los P con el Favor de Ginebra y jugué Incursión (tenía
dos y podía jugar ambas) y Caesadodunum, ganando el combate y la
partida.
Y por fin, llega la
final... Fran gana con Onigashima a José Ángel, y volvemos a vernos
las caras. En los testeos ganaba 3 de 4 veces a Onigashima, y
esperaba que por fin eso ocurriese en este torneo.
Empieza la final. Robo.
Miro mi mano... Esfinge, Escudo de Perseo, Viajes de Simbad, Memorias
de R’Lyeh. Empezamos bien. En combate, Rokurokubi me quita 1P más
otro por su habilidad. No esta mal, podría haber sido peor. En el
siguiente turno me monto el
chiringuito equipando cosas y gente en mi único personaje, y empiezo
a pegar de manera contundente, pero Fran no para de sacar bichos.
Pero ahora viene lo bueno: Por fin robo un Ataque de los
Cíclopes!!!!! SIIII!!! Llega el tercer turno, sigo mejorando a mi
personaje, y Fran sigue sacando gente sin parar… Uso Memorias de R´lyeh para dejarle sin panteón. Llega el combate, y cargo a mi
personaje con El Favor de Ginebra, una cantidad ingente de puntos de
poder acaba ocultando la carta y suelto Ataque de los Cíclopes. Todo el
mundo para casa y mi personaje resube al combate con Centurión. La
pegada era tan abrumadora que ni habiendo tenido Fran alguna resubida
habría servido para mucho.
Fin de la partida y me
hago con el primer puesto.
Tras el torneo, tocan las
reflexiones:
Cuando no se
lo espera la gente, tener un personaje solo, pero tan sumamente
protegido para todas las contingencias en un mazo tan rápido y de
tanta pegada, es una gran elección. Las partidas que perdí fueron
por los pelos, una de ellas incluso con una malísima salida que rara
vez se ve en su mazo de dioses.
En tres de las
seis partidas fue clave conseguir el escudo de Perseo en los primeros
turnos. Sin él, podría haber sufrido mucho más a los mazos que
quemaban poder, aunque tengo muchas maneras de recargarme y en caso
de Viriato, de resubir tras meditar e incluso enderezar al personaje
después, pero tiene que darse que tenga las cartas necesarias para
hacerlo.
Si el maldito
Ataque de los Cíclopes hubiera salido más veces, seguramente habría
ganado más partidas. Aun así el mazo funcionó muy bien hasta en
los peores momentos.
Tras todo el día, y el
cansancio que llevaba acumulado, me fui con muy buen sabor de boca,
tanto por la victoria como por la estupenda compañía de la que
estuve rodeado.
Report de David Martinez Ortega e imágenes tomadas de: El bazar de Iglesias
Enhorabuena David. Veo que las memorias de Rlyeh te hicieron buen papel ;)
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