Nueva entrega de la actualidad mitera con el estilo inconfundible de nuestro colaborador Cartonazos. Muork, Otohime, Risa de los bosques y otros tantos refuerzos son algunos de los protagonistas de esta entrega.
¡Muork! ¡Muork! ¡Muork!
Los simpatizantes del senador habían abarrotado la calle y no había forma de seguir. Por suerte divisamos un local donde podíamos refugiarnos para evitar la multitud.
Tienda de curiosidades rezaba el cartel. Un sitio estrecho y alargado (que parecía dar a dos calles) repleto de cajas y figuras extrañas. Detrás del pequeño mostrador, una impresionante morena de aspecto oriental destacaba sobre un tapiz de los cuatro generales.
- Otohime, encantada.
- ¿hay otra salida?
Dio un par de palmadas. Un hombre gigantesco que parecía tener una fuerza descomunal salio de la sombra.
-Franky, conduce a nuestros invitados a la otra salida. Una estatua cercana con forma de caballito de mar pareció agitarse movida por algún buthas.
Salimos a oscuras. Al cerrarse la puerta nos dimos cuenta que no estábamos en la calle de atrás.
Lo que suponía una ventaja táctica se había vuelto en nuestra contra. La arbolada se abría ante nosotros y la tarde comenzaba a caer repleta de susurros en la oscuridad. Retumbó la risa de los bosques, sumiéndonos en la congoja
Vladimir comenzó a entonar el cántico para invocar la protección de Orochi, mientras acariciaba su pájaro dorado; Algo que le había visto hacer muchas otras veces
- Hemos de tener cuidado - dijo, según bennu, estamos muy cerca de la guarida del Jormundgander
Un silencio aterrador se apoderó de nuestro grupo.
¡Muork! ¡Muork! ¡Muork!
Los simpatizantes del senador habían abarrotado la calle y no había forma de seguir. Por suerte divisamos un local donde podíamos refugiarnos para evitar la multitud.
Tienda de curiosidades rezaba el cartel. Un sitio estrecho y alargado (que parecía dar a dos calles) repleto de cajas y figuras extrañas. Detrás del pequeño mostrador, una impresionante morena de aspecto oriental destacaba sobre un tapiz de los cuatro generales.
- Otohime, encantada.
- ¿hay otra salida?
Dio un par de palmadas. Un hombre gigantesco que parecía tener una fuerza descomunal salio de la sombra.
-Franky, conduce a nuestros invitados a la otra salida. Una estatua cercana con forma de caballito de mar pareció agitarse movida por algún buthas.
Salimos a oscuras. Al cerrarse la puerta nos dimos cuenta que no estábamos en la calle de atrás.
Lo que suponía una ventaja táctica se había vuelto en nuestra contra. La arbolada se abría ante nosotros y la tarde comenzaba a caer repleta de susurros en la oscuridad. Retumbó la risa de los bosques, sumiéndonos en la congoja
Vladimir comenzó a entonar el cántico para invocar la protección de Orochi, mientras acariciaba su pájaro dorado; Algo que le había visto hacer muchas otras veces
- Hemos de tener cuidado - dijo, según bennu, estamos muy cerca de la guarida del Jormundgander
Un silencio aterrador se apoderó de nuestro grupo.
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