viernes, 13 de diciembre de 2013

Primicia previa: Kremlin

Tenemos un nuevo recurso creado por uno de los ganadores de los torneos por los puntos de poder, en este caso nuestro colaborador Pedro: Kremlin.



De nuevo nos encontramos que es único, tal y como vimos en la Ópera de Sídney, y tiene un coste de 1, que como siempre decimos, no debe representar un gran esfuerzo para nuestra reserva.
Su habilidad la debemos usar en la fase de influencia y nos sirve para descubrir que oculta uno de los oráculos, y eso incluye los nuestros y los de nuestros oponentes. Y aquí entran varias cosas a comentar y tener en cuenta para saber cómo, cuándo y con qué va mejor usarlo. 
La primera de todas es que si revelamos un evento, este se resuelve, con lo que podemos jugar en aprovechar el efecto de alguno durante la fase de influencia. Para tratar de asegurarnos podemos usar Karnak para ver si hay uno o no, tener más o menos controladas las cartas con Nut, crear un Nuevo Oráculo con los eventos que ya hayamos resuelto o crearlo con uno del oponente con La sandalia de Nitocris. Todas estas opciones pueden ser muy divertidas en una partida multijugador, negociando con alguno de tus oponentes, por ejemplo, para perjudicar a un tercero con un Panateneas.
Si por el contrario no queremos que ese evento se resuelva, puede que hayamos jugado antes La maldición de la momia o la Ópera de Sídney, y de ese modo forzamos al oponente a perderlo sin beneficiarse de sus efectos.
También, tal y como comenté en Planos de arquitecto, nos sirve si revelamos un recurso y podemos ponerlo en juego con la habilidad de éstos.
Y otra estrategia que puede requerir revelar un oráculo, en este caso deseando descubrir a un personaje, es la de poner puntos de poder en nuestros oráculos ya sea en la fase de influencia, por ejemplo usando la habilidad de Asgard, como en la fase de enfrentamiento, ya sea con La Salvación de Andrómeda o con un Yasutaki.
De todas ellas, creo que quien más lo va a usar es Asgard, ya que revaloriza su habilidad y trata de minimizar la opción de no poder usar la gran habilidad del panteón. El resto requiere de un poco más de combinación de cartas, y aunque no son necesariamente complicadas, no son tan automáticas como con el hogar de los dioses nórdicos.

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