El artículo de hoy es un homenaje a las
comunidades del juego. A tantas y tantas
personas de bien que se conocen gracias a los juegos de mesa, que viven la aventura
de viajar juntos para jugar torneos y
que después son amigos para toda la vida.
Además, explica la importancia del Trabajo en Equipo, algo fundamental
en todo tipo de juegos, que no solo une al grupo sino que hace crecer a cada
una de sus partes. Hoy es Javi Caos y el
Madrid Team, pero si pone Salamanca, Zaragoza, Córdoba, Barcelona o cualquier
otra ciudad no pasaría nada. Estoy
seguro de que muchos de vosotros os vais a ver reflejados cuando leáis el artículo, da igual que sea
Guerra de Mitos o bien otro juego. Esto
nos ha pasado a todos y es simplemente maravilloso. Disfrutadlo.
¿Qué tienen en común un ovetense,
un zaragozano, un getafense, dos toledanos, un barcelonés y una jiennense...?
Pues, aunque parezca un chiste, que todos formaban parte del equipo de Madrid
en el I Torneo Mundial de Guerra de Mitos.
Supongo que el espíritu del Madrid Team se fraguó durante los últimos baneos. El fin del semana del 17 y 18 de de Octubre fue una locura. El 17 por la mañana tuvimos nuestros banea en Madrid, según terminamos, cuatro inconscientes, porque no se nos puede describir de otra forma, cogimos el coche con dirección al banea que se celebraba en Zaragoza esa misma tarde, y como se ve que nos pareció poco, surgió un “no hay huevos”, que tenía como objetivo el torneo Crea una Carta de Ávila del día siguiente.
Supongo que el espíritu del Madrid Team se fraguó durante los últimos baneos. El fin del semana del 17 y 18 de de Octubre fue una locura. El 17 por la mañana tuvimos nuestros banea en Madrid, según terminamos, cuatro inconscientes, porque no se nos puede describir de otra forma, cogimos el coche con dirección al banea que se celebraba en Zaragoza esa misma tarde, y como se ve que nos pareció poco, surgió un “no hay huevos”, que tenía como objetivo el torneo Crea una Carta de Ávila del día siguiente.
Durante esos viajes, entre risas,
anécdotas, historias y el intercambio de ideas, aprendí muchísimo de una
persona que había irrumpido hacía poco tiempo, y con muchísima fuerza, en la
comunidad de jugadores de Madrid, Enrique. Este fenómeno tiene una amplia experiencia
en todo tipo de juegos (mesa, cartas, online,…) y deportes. Lo que más me
impactó fue su defensa a ultranza del trabajo en equipo.
Debo admitir que hasta el momento
yo siempre había sido un “lobo solitario” a la hora de preparar mis mazos,
tanto para Guerra de Mitos, como para otros juegos. Nunca pedía consejo, e
incluso descartaba los que me podían dar otras personas, porque entonces no me
parecía que fuese un mazo 100% mío. Tampoco me gustaba mirar mazos que hubiesen
colgado otros, porque si veía alguna idea que a mí ya me había rondado la
cabeza, descartaba utilizarla porque ya no era originalmente mía. Sí, llamadme exagerado,
pero es que nunca me ha gustado que la gente copie mazos de otros, y por tanto
no quería hacer eso mismo, al menos de forma consciente. ¿Qué ocurría con esta
actitud tan extrema que tenía? Primero, cada vez me había ido radicalizando
más, hasta el punto de descartar hacer mazos, simplemente por no utilizar
combos de dos simples cartas que ya lo habían utilizado otros, y segundo que yo
solo me estaba reduciendo tanto el espectro que al final no me quedaban
opciones para hacer mazos, y eso me frustraba.
Pero Enrique, con sus historias
sobre otros juegos en los que preparaba los torneos grandes con un grupo de
amigos, compartiendo ideas, testeando entre todos, hasta conseguir la mejor
opción, e ir todos con ello, obteniendo unos resultados excelentes, abrió una
brecha en mi coraza.
Para que no haya malos
entendidos, antes de avanzar, quisiera aclarar algo: que no me gustase mirar los
mazos que la gente compartía, no quiere decir que yo no compartiese los míos,
es decir, siempre que el Refugio del Atlante, La Morada de Cthulhu, o cualquier
otro, me ha pedido un mazo con el que he ganado, o he quedado en buena posición
en un torneo, he estado encantado de pasárselo para que lo publicasen, y
compartirlo con el resto de la comunidad mitera, ya que me sentía orgulloso de
lo que había creado.
Tenía curiosidad por esa forma de
trabajo, y Enrique me lo puso fácil: “Deberíamos crear un equipo de testeo con
miras al Mundial, en cuanto tengamos cuales son los nuevos baneos” dijo él, y,
por supuesto, acepté el reto. En un primer momento el equipo lo conformábamos
los cuatro locos del coche, es decir, Enrique, Nebrera, Elenyon y un servidor,
pero luego incluimos a Joselop, al cual le encantó la propuesta.
La idea inicial era lo mismo que
había hecho Enrique en otros juegos, buscar el mazo que pudiese contrarrestar
el posible metajuego que nos encontraríamos en el Mundial e ir todos con esa misma baraja. ¿Cuál era el problema?
Que cada uno tenemos una mentalidad y una forma de juego distinta al resto. A
unos le gusta más los mazos ofensivos, otros prefieren el control… unos se
sienten más seguros jugando con dioses, otros con mortales… en definitiva: era
complicado. Así que decidimos hacer en primer lugar una tormenta de ideas sobre
el posible metajuego y después cada uno sacase, si no lo tenía ya, su mazo y lo
adaptase. Por los baneos que se habían realizado estaba claro que había un mazo
muy beneficiado, Asgard, y otro muy penalizado, Yomi, por tanto era de esperar
que nos fuésemos a encontrar muchos del primero y no tantos como suele ser
habitual del segundo. Además, era bastante evidente que la gran mayoría de los
mazos, en general, iban a ir a ganar por olvido, en lugar de por dios de
dioses. Por tanto, a partir de estas primeras conclusiones empezamos a trabajar
sobre nuestras barajas, pero la diferencia es que no lo hacíamos de forma
individual. Evidentemente la base la hacíamos cada uno por nuestra cuenta, pero
luego pasábamos la lista al resto para que nos diesen sus impresiones, y nos
aconsejasen posibles cambios que se les ocurriese. Finalmente, íbamos testeando
los mazos en los torneos que teníamos semanalmente, hasta que ya, tras varias
semanas, parecía que cada uno teníamos el nuestro bastante perfilado: Joselop
(Inframundo), Enrique (Mitclan), Nebrera (Asgard), Elenyon (Geb) y yo (Duat).
Paralelamente, quería que todos
los jugadores de la comunidad se sintiesen parte del equipo, aunque no fuesen a
participar en el Mundial, y aquí llegó el tema de las camisetas. Era una idea
que ya tenía en mente, pero solo para mí: Pedir a un ilustrador un diseño
chulo, e ir con una camiseta personalizada. Pero al comenzar el trabajo en
equipo, decidí comentar a todos la idea, para que nos hiciésemos esa misma
camiseta, con el “MADRID TEAM”, y el nombre de cada uno, como se hace en
equipos deportivos. A la gente le gustó mucho la propuesta, elegimos a Alba Aragón,
puesto que me encantan sus ilustraciones y tenía confianza con ella. Le pedimos
que nos hiciese el oso y el madroño, como símbolos de Madrid, pero con un toque
chulo. Y visto el resultado, no pudimos hacer mejor elección.
Se acercaba el mundial, y
comenzaban las dudas. Veíamos los panteones que se estaban jugando en los
torneos de Barcelona, el máximo referente en Guerra de Mitos, y andábamos un
poco despistados. Enrique, aunque tenía buenos resultados en los torneos, veía
demasiado “random” su Mitclan. Elenyon, en el último torneo jugó un Yomi con el
que hizo un 4-0, y decidió quedarse finalmente con él. Y yo, no terminaba de
estar a gusto con Duat, aunque obtuviese buenos resultados, no se acoplaba a mi
modo de juego, y paralelamente seguía haciendo mazos y pasándoselas a esta
gente para que me dijesen qué les parecía.
Finalmente llegué a un Loka muy centrado en expulsar, la idea era buena, pero no terminaba de funcionar. Decidí prescindir de tanto expulsar, y darle algo más, y ahí fue cuando comenzó a ir bien, pero ¡Quedaban cuatro días para el Mundial! Abusé de la generosidad de mi mujer, y me fui el miércoles y el jueves por la tarde a testear a La Comarca de los Juegos con Richi, Joselop y Miguel. Y aquí vino el momento clave para mi mazo. Hacía unos meses habría descartado los consejos que me dio Richi para mejorar mi mazo, pero mi chip había cambiado, así que decidí probar esos cambios, pero ya solo me sería posible el día anterior al mundial.
Finalmente llegué a un Loka muy centrado en expulsar, la idea era buena, pero no terminaba de funcionar. Decidí prescindir de tanto expulsar, y darle algo más, y ahí fue cuando comenzó a ir bien, pero ¡Quedaban cuatro días para el Mundial! Abusé de la generosidad de mi mujer, y me fui el miércoles y el jueves por la tarde a testear a La Comarca de los Juegos con Richi, Joselop y Miguel. Y aquí vino el momento clave para mi mazo. Hacía unos meses habría descartado los consejos que me dio Richi para mejorar mi mazo, pero mi chip había cambiado, así que decidí probar esos cambios, pero ya solo me sería posible el día anterior al mundial.
Además de los cinco ya nombrados,
se unieron a nuestra aventura Jorge Poderoso con su Olimpo, y Miguel que andaba
con dudas sobre lo que llevar.
Y así llegamos al fin de semana
del I Campeonato Mundial de Guerra de Mitos, el EVENTO, con mayúsculas, del
año. Cuatro de nosotros (Poderoso, Miguel, Enrique y yo) teníamos el AVE a las
7:30 de la mañana, por tanto tocaba madrugón, a las 4:30 en pié. Nebrera y
Elenyon habían llegado el viernes, y Joselop llegaría sobre las 15:00 a
Barcelona. La primera frase según nos sentamos en la mesa del AVE fue “Bueno…
¿y a qué esperamos?”, todos nos reímos y sacamos nuestros mazos para testear
todo lo que diese de sí el viaje. Pude probar varias veces mi Loka con los
cambios recomendados por Richi, y funcionaba muchísimo mejor. Le estaba
realmente agradecido, ya que le había dado el toque final a una baraja que
funcionaba y estaba realmente a gusto jugando con ella. A lo largo de los testeos
que hicimos se notaba demasiado que habíamos madrugado, con muchos despistes,
pero no pasaba nada, nos los pasamos genial, haciendo coñas sobre ello. Aunque
Miguel y Jorge no hubiesen participado de la preparación previa, estaban
perfectamente integrados en el equipo. Puesto que Miguel era el que tenía más
dudas, le estuvimos aconsejando sobre el Inframundo que estaba probando, y él a
su vez, nos daba su punto de vista sobre nuestros mazos. Jorge siempre ha
jugado con Olimpo, y su mazo estaba ya más que probado, pero sí que le
aconsejamos algún pequeño cambio que hizo, y creo que le vino bastante bien.
Llegamos al hotel, y Jorge había
quedado con unos amigos suyos, así que ¿nosotros tres qué podíamos hacer?... pues
seguir echando una mano a Miguel a elegir entre Inframundo o Loka, y darle
vueltas a una idea que yo tenía en mente de una Isla Celeste poco habitual, y
que si nos daba tiempo a refinarla, quizás podría llevar Enrique al día
siguiente, si seguía sin estar seguro del Mitclan. Pusimos el Guerra de Mitos
Deck Builder, y las ideas comenzaron a fluir. “Yo metería tales personajes”,
“Yo este recurso”, “Vamos a ver todos los eventos, a ver si se nos pasa alguno
que nos pueda servir” “Pues mira, si quitamos esto y metemos esto…”. En un rato
teníamos un mazo de dioses muy interesante, y con la satisfacción del trabajo
bien hecho nos fuimos a despejarnos un poco, comer, y esperar a que llegase
Joselop, para ver qué más podía aportar él. Cuando llegó le pusimos al día de
nuestro proyecto, y no dudó un segundo en aportar con sus ideas, después de
varias deliberaciones ya teníamos el mazo de dioses y el de designios, y solo
falta probarla, así que todos al bar del hotel con sus respectivas barajas, a
probar, y seguir entrenando para el día siguiente. La Isla Celeste quedó
bastante bien, pero no tan refinada como para llevarla a un Mundial, eso sí, la
mayor parte del testeo fue con el Inframundo de Joselop, que luego resultó ser
subcampeón del Mundial, por tanto, muy mal encaminados no íbamos.
Yo estaba muy cansado, por el
madrugón, y no había dormido nada después, así que me recogí pronto, dejé mi
mazo apuntado para el día siguiente, y a la cama. Miguel, Joselop y Enrique se
fueron a cenar.
¡¡Por fin llegó el gran día!! Mi
primer mensaje en al grupo de la comunidad de Whatsapp “¡Miteros de Madrid!
¡¿Cuál es vuestro oficio?!”… el segundo, el vídeo de Luis Aragonés de “Ganar,
ganar, ganar, y volver a ganar”. Salgo de la habitación, aporreo la puerta de
en frente, aparece Joselop, y al grito de ¡Vamos!, chocamos las manos y nos
damos un abrazo, hago lo mismo con Enrique. Tenía muy buenas sensaciones… y
quería trasmitírselas a mis compañeros.
Tras un desayuno un tanto raro,
nos reunimos con Nebrera y Elenyon, y llegamos al torneo. Me encanta cuando
llego a un torneo en el que me encuentro con gente a la que hace tiempo que no
veo, o que nos hemos conocido por internet, y por fin nos vemos en persona.
Esos momentos en los que saludas, hablas con unos, con otros, les preguntas
sobres sus cosas,… son de mis preferidos, porque ahí es donde se demuestra la
calidad de la comunidad de un juego. Cuando, a pesar de la tensión que cada uno
pueda tener acumulada, y sabiendo que se pueden jugar algún puesto importante con
cualquiera con los que está hablando, la gente sigue siendo igual de maja y
simpática que siempre, ahí sabes que merece la pena jugar a este juego.
El Madrid Team se une, hace piña,
nos animamos, nos damos consejos unos a otros dependiendo de los
emparejamientos que nos puedan tocar, nos hacemos una foto con la creadora de
nuestra mascota, y su novio Marc, majo donde los haya… y por fin, tras una
larga espera, salen los enfrentamientos de primera ronda. Nos chocamos las
manos en alto cada uno con el resto, algún abrazo, e incluso un beso, últimas
palabras de ánimo y mucha suerte a todos.
Al finalizar mi primera partida
veo buenas caras entre mi gente, a excepción de la pobre Elenyon, y Poderoso
aún no había terminado. Me acerco a reportar el resultado de mi partida, paso
al lado de Jorge y echo un vistazo a la mesa, le doy una palmada en el hombro,
y sigo mi camino con la esperanza de que finalmente pueda ganar, pero no fue
posible. Así que en la primera ronda teníamos cinco victorias y dos derrotas,
no comenzábamos mal.
Al finalizar cada ronda
repetíamos el mismo ritual, todos juntos, como un equipo, dando ánimos a los
que habían caído, felicitando a los que habían vencido, comentando las partidas,
y cuando salían los emparejamientos, reparto de fuerza y suerte para todos.
Si estáis interesados en conocer
el mazo que utilicé, y cómo fue el transcurso de mis partidas, recomiendo que
os leáis mi anterior artículo en El Refugio del Atlante, “Mi experiencia en el
mundial”.
Tras las cinco rondas de
clasificación, muy a mi pesar, sólo dos
de nosotros conseguimos pasar el corte del TOP 32: Joselop y yo. Mi apuesta
personal estaba en que cuatro de nosotros entraríamos, ya que, además de
Joselop, veía al Asgard de Nebrera y el Mitclan de Enrique muy fuertes, y la
otra plaza que quedaba era una apuesta más arriesgada, ya que confiaba en que
alguno de los cuatro restantes nos pudiésemos colar por el SOS.
A penas se dio un rato para
descansar, y comenzó el TOP 32. Joselop y yo nos quedamos allí, mientras que
nuestros compis, aprovecharon para ir a comer. Esto ya era cara o cruz, si
fallabas, te quedabas fuera. Salieron los emparejamientos, un chocar las manos,
un abrazo bien fuerte y un potente ¡Vamos! indicaban que aún quedaba gente del
Madrid Team en pie.
Termino mi partida, y veo que
Joselop ya no está en su mesa, le busco con la mirada y está detrás de mí. ¡Él
también había ganado! No podía estar más contento. Aunque estábamos jugando a
la modalidad individual del juego, sentía como si cada uno se beneficiase de la
victoria del otro. Ya habíamos superado el ecuador del torneo, tan solo
quedaban 4 partidas, pero eso sí, las más difíciles.
Con los nuevos emparejamientos
llegaba la mala noticia, ya que me tocaba jugar con Estupefaciente, colega
tanto de Joselop como mío. Fue una partida digna del TOP 16. Estupe jugó muy
bien y, por un exceso de confianza por mi parte, me ganó merecidamente la
partida. Por tanto, me quedé fuera del torneo, aunque, por suerte, Joselop si
que ganaba y pasaba al TOP 8. Mis sentimientos eran encontrados, por un lado me
daba pena dejar de participar, pero por otro estaba contento porque Joselop
había pasado. “Tú me dijiste que llegaría al TOP 8”, me recordó, “Te dije que,
como mínimo, llegarías al TOP 8”, le maticé yo.
A estas alturas ya se me había
pasado el hambre, y no quería dejar a Joselop solo. Por tanto, me quedé con él
hasta que se dieron los siguientes emparejamientos, y me pondría cerca de él
viendo la partida, pero lo suficientemente apartado para no molestarle ni
ponerle nervioso. “¡Vamos a por esas semis!”, como ya era habitual chocamos las
manos y nos dimos un abrazo. Esta vez es Joselop a quien le toca jugar con
Estupefaciente. Por suerte, él ya sabía cómo me había ganado, por tanto era
difícil que le pillase por sorpresa como a mí.
Durante la partida llegaron los
refuerzos. Nuestros compis ya habían comido, y regresaban para arropar a Joselop.
En la última jugada nuestro compañero estaba por debajo en puntos, pero realizó
tan buena fase de enfrentamiento que consiguió dejar Estupe a 0 al finalizar la
misma. ¡Madre mía! ¡Ya estábamos en semifinales!
Joselop me dijo “¿Te has dado
cuenta que nos hemos vengado mutuamente?”, era cierto, yo había vencido al
único que le había ganado a él, Muork, y él a los que me habían ganado a mi
Alopecic y Estupe.
Solo quedaba una partida para
llegar a la final, pero el rival era de mucha talla: Patxi, uno de los mejores y
más veteranos (su número de identificador de torneos es el 11) jugadores de
Guerra de Mitos. Joselop y él ya son viejos conocidos, se han enfrentado varias
veces en torneos. Una vez más hicimos nuestro ritual de antes de cada partida, que
ya se había convertido en el de la buena suerte, y el resto tomamos posiciones
alrededor. El pobre Patxi estaba asediado por camisetas verdes, tal y como se
puede ver en la foto.
Esta sí que fue una partida tensa.
Silencio sepulcral, y a cada jugada, nos dábamos la vuelta, nos alejábamos y la
comentábamos. Estábamos ante dos auténtico titanes de Guerra de Mitos, y por
suerte, finalmente… ¡Ganó Joselop! ¡La euforia se desató entre nosotros! ¡Un
integrante del Madrid Team había llegado a la final! Esto era realmente grande.
Por desgracia Nebrera y Elenyon
se tuvieron que ir antes de comenzar la final, ya que habían cogido un AVE
anterior al nuestro, así que nos quedábamos los cuatro jinetes del apocalipsis
para respaldar a nuestro ungido.
La anécdota del descanso fue que
estuvimos tan concentrados en la partida de Joselop, que todos estábamos
convencidos que en la mesa de al lado había ganado La Isla Celeste, en lugar
del Inframundo. Así que, cuando nombraron a los dos participantes de la final
nos quedamos a cuadros. Pero bueno, eso daba igual, a estas alturas ya nos daba
igual qué tuviésemos delante, ya que confiábamos 100% en Jose.
Como un acto de fe, volvimos a chocar las manos y a abrazarnos, tomamos asiento, y dejamos que nuestro campeón se concentrase para la última batalla. Debo reconocer que lo del asiento nos duró poco, ya que era tanta la tensión acumulada que terminamos todos de pie. Mientras, íbamos informando a la gente de Madrid, que durante todo el torneo nos iban pidiendo información, y nos enviaban muchos ánimos. La partida fue aún más tensa que la anterior, al rival de Joselop se le veía bastante bueno, y por desgracia, nuestro compañero no tuvo demasiada suerte en un par de jugadas clave, lo que al final le llevó a la derrota…
Como un acto de fe, volvimos a chocar las manos y a abrazarnos, tomamos asiento, y dejamos que nuestro campeón se concentrase para la última batalla. Debo reconocer que lo del asiento nos duró poco, ya que era tanta la tensión acumulada que terminamos todos de pie. Mientras, íbamos informando a la gente de Madrid, que durante todo el torneo nos iban pidiendo información, y nos enviaban muchos ánimos. La partida fue aún más tensa que la anterior, al rival de Joselop se le veía bastante bueno, y por desgracia, nuestro compañero no tuvo demasiada suerte en un par de jugadas clave, lo que al final le llevó a la derrota…
Parecía una jugarreta del
destino, llegar hasta allí, con tanto esfuerzo, para finalmente no poder hacerse
con el trofeo de campeón, pero… a ver, en las finales siempre hay uno que gana
y otro que pierde, y esta vez nos tocó a nosotros lo segundo. En la próxima ya
veremos…
En cuanto terminó la partida me
acerqué a José a darle un abrazo y animarle. El pobre estaba fastidiado, pero
había que hacerle ver que había llegado a la final de un campeonato mundial, y
que eso no está al alcance de cualquiera. Por suerte, pronto recuperó la sonrisa
cuando recogió su tan merecido premio, el cual, por supuesto, quiso compartir
con nosotros.
Y así terminó el I Campeonato
Mundial de Guerra de Mitos para el Madrid Team, un subcampeonato, un TOP 16, un
mejor panteón, y sobre todo… una experiencia inolvidable, que estoy seguro que
volveremos a compartir el año que viene, en equipo.
Como guinda final, la vuelta en
AVE fue realmente divertida, y Joselop, muy generosamente, nos invitó a
celebrar toda nuestra aventura en el coche bar. ¡¡Salud a todos!!
Nos vemos en las mesas.
Varias de las fotos utilizadas han sido cedidas por Rubén
Asensio de Mi Cabeza Friky, e Ivor. Muchísimas gracias a ambos.
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